Mateyko: Me dijeron que los porteños no duran mucho, pero acá estamos

Día a Día - RSS Él es sinónimo de verano. Durante años fue su cara cuando por Telefe conducía La Movida. Es el hijo predilecto de Mar del Plata y su gran carrera como presentador lo trajo a esta ciudad. Desde el 2008 Juan Alberto Mateyko anima las tardes en Mitre 810 y con su carisma y profesionalismo se ganó el afecto de los cordobeses.Este hombre vive por y para la radio y añora volver, con sus sacos y gestos, a un set de televisión. Muy rápido entabló una fuerte relación con sus nuevos compañeros de laburo, confiesa que ayudado por varios vasos de ferné. El grabador se prende y es un placer escucharlo. La voz de trueno de Mateyko corta el aire, es tiempo de escuchar sus anécdotas.?Hace seis años que estás en Córdoba. ¿Cómo se dieron las cosas para que llegues a la ciudad? ?Yo estaba haciendo radio en Buenos Aires pero sentía que necesitaba un desafío fuerte. En 2008 se instala un móvil en Villa Carlos Paz y fue la primera vez que salimos para Mitre haciendo La Movida, por dos meses. Yo me había quedado con un gustito lindo de Córdoba y fue entonces cuando me propusieron venir a hacer el programa. La Cadena 3 es muy fuerte, es una radio que respeto y respetaré siempre, pero todo lo que pasaba por Córdoba pasaba por ellos y la tele, y por eso fue que acepté. Con Mario (Pereyra) y Roni (Vargas) tengo una relación excelente, creo que es importante competir pero sin bombas. Algunas mañanas lo escucho a Mario y lo noto con la misma fuerza de siempre. Cuando hicimos La Movida del Verano en el ?96 desde el Parque Sarmiento él nos dio mucha manija. Acepté la propuesta porque era un buen desafío y me puso en training de nuevo.?Córdoba no es Buenos Aires. ¿Qué fue lo que más te costó del cambio??Tuve que dejar a mi familia y mis hijos. Siempre me visitan y tenemos muchos planes. Los cuatro primeros meses los viví en el Hotel Sheraton y de cuando en cuando viajaba a Buenos Aires porque no me quería desprender de lo que pasa allá, iba sábado y domingo, pero eso me hacía perder el ritmo de lo cotidiano en Córdoba, por eso mis hijos empezaron a venir más seguido. Yo quería llegar a mi trabajo informado.?¿Y cómo te recibió la ciudad?, ¿te pudiste adaptar rápido??Te mentiría si te digo que sí, creo que sería muy frívolo de mi parte. En la radio se portaron muy bien. Mis compañeros de trabajo me enseñaron qué es el ferné con Coca (risas) con muchas picadas. En la radio estoy rodeado de compañeros excelentes. Cuando llegué me dijeron que los porteños no duran mucho, pero acá estamos y la audiencia crece todos los días. Córdoba te incorpora o te ignora y eso me parece muy bien porque yo no vine a jugar. Me encanta subirme a un taxi o un remís y que me critiquen si me tienen que criticar.?¿Cómo ves y vivís esta ciudad??A los argentinos nos hace falta mucha armonía, tratarnos con más afecto y respeto. Si tenemos criterios distintos los charlemos y no nos ataquemos. Por otro lado, yo hago mucha ciudad, me encantan los paseos de compras, el cine, y también disfruto mucho del Orfeo, la Plaza de la Música y el Espacio Quality.?Siempre mencionás que tenés afectos con grandes músicos de Latinoamérica, ¿con la gente del cuarteto te pudiste relacionar??Yo trabajé mucho en Miami, México, Mónaco, ahí conocí a Luis Miguel, Julio Iglesias, Cristián Castro, y creo que me porté muy bien con ellos. También tengo una relación fantástica con La Mona, con Damián Córdoba y su papá, con los chicos de La Barra. La Mona se portó muy bien conmigo, las estrellas en el cielo, él es un ser muy terrenal. En el ?96 vinimos a Córdoba a hacer el último programa de la temporada de La Movida y él nos invitó a su casa para charlar del espectáculo. Nos reunimos y le hicimos honor a la canción: nos tomamos todo el vino (risas). Al otro día teníamos a Dyango, Enrique Iglesias, Menphis, y yo le pedí a Carlitos que antes de que empezara el programa saliera conmigo al escenario para medir la temperatura del público. Me dijo que sí, agarró el micrófono y los arengó. Fue una noche espectacular, hasta la lluvia nos esperó y la Mona se hizo amigo de Enrique Iglesias. También fue un cordobés el que más gente llevó a La Movida: Rodrigo, en el 2000. Metió 120 mil personas.Juan Alberto prende un pucho. Una mujer lo reconoce e interrumpe la entrevista. ?Es que lo vi y lo escuché toda mi vida, por eso necesito esta foto?, nos cuenta y Mateyko la abraza para la instantánea. El conductor asegura que Córdoba le dio muchas satisfacciones, entre ellas su Martín Fierro Federal de Oro en reconocimiento a su trayectoria.?El premio me lo gané por Córdoba, por mi trabajo de todos los días. Yo no me duermo en los laureles, si hago un programa ya pasó e inmediatamente pienso en lo que sigue.?¿Te gustaría conducir algún festival de Córdoba, al estilo del de Villa María??Me encantaría, pero sé que ya está todo armado. Es impresionante cómo creció el Festival de Peñas. Este año traen a Maná, La Oreja de Van Gogh, Abel Pintos. Dame a esos artistas y hacemos un programón de La Movida del Verano (risas). ?¿Volverías a hacer ese programa??Por supuesto, siempre estoy pensando en volver con el programa. De todas formas si volviera a la tele haría una producción muy cuidada. Ahora estoy en Mitre y vamos a seguir creciendo con nuestro programa.Mateyko termina su almuerzo frente al Parque de las Naciones. Su enorme trayectoria es proporcional a su humildad. ?El Muñeco? se codeó y se codea con grandes de la escena nacional e internacional. Paga su cuenta como cualquiera, saluda amablemente al mozo y se va caminando rumbo a la radio, para conducir su programa en las tardes de Mitre. Juan Alberto llegó hace seis años y probó el ferné, ya está bautizado. Es cordobés.  Muñeco de oroJuan Alberto Mateyko incursionó en la radio a los 12 años y se enamoró. Desde ese momento, su carrera en los medios no tuvo techo. Palito Ortega es su hermano. Es muy recordado por el programa de Telefe de finales de los ?90: La Movida del Verano, que se emitió desde Mar del Plata y el Parque de la Costa. Desde el 2008 vive en Córdoba y anima las tardes de Mitre 810. El año pasado fue premiado con el Martín Fierro de Oro Federal.